A la hora de incorporar un perro a la familia, debemos ser conscientes de que se trata de un compromiso diario que no se limita a darle comida, agua y paseos, sino también a dedicarle tiempo y atender cualquier necesidad médica imprevista (así como aquellos que son obligatorios por ley).
Independientemente de la edad de nuestro nuevo amigo de cuatro patas, debemos cumplir una serie de normas que aseguren su bienestar, una de ellas es la vacunación, una herramienta natural para ayudar a nuestros perros en la prevención de enfermedades contagiosas o mortales.
Con la ayuda de la leche materna, los cachorros están protegidos contra patógenos externos por anticuerpos; sin embargo, a medida que pasa el tiempo, esta protección disminuye gradualmente, dejando a los animales vulnerables a enfermedades que, sin vacunación, podrían tener efectos negativos graves en su salud.
Lo primero que debemos entender sobre las vacunas es cuáles deben administrarse primero. Debido al estado débil de su sistema inmunológico, los cachorros son más propensos a algunas enfermedades infecciosas. Por lo tanto, debemos protegerlos contra parvovirus, moquillo, hepatitis, rabia, leptospirosis durante sus primeros meses de vida.
FUENTE: 20minutos.es
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